Lupus: una enfermedad, muchas formas
El lupus es una extraña enfermedad en la que el sistema inmune no funciona de manera correcta. Hoy, cuando se celebra la jornada mundial de la lucha contra este padecimiento, algunos especialistas indican las principales características y qué puede suceder con aquellos que la tienen.
Según The Lupus Research Institute, para el 2013 cinco millones de personas convivían con la patología, 90% mujeres. Sin embargo, Antonio Iglesias Gamarra, médico reumatólogo docente de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, asevera que es una dolencia en la que la gente tiene una genética especial que produce una sustancia llamada anticuerpos. “Lo que hace esta última es depositarse en las membranas celulares de distintos órganos e inflamarlos”.
Cuenta que a los servicios médicos llegan constantemente personas con este desorden, que se puede tratar con distintas terapias: “Existen muchos medicamentos y si se controla no debe alarmar. La mayoría de casos no son graves, aunque en estructuras como el riñón, sí”, dijo
Extraña
Su causa es desconocida, plantea Jairo Alberto Cerón, médico internista y reumatólogo docente de la Universidad de Caldas, y agrega que tiene un origen genético, pero que no se le puede llamar hereditaria ya que no se trasmite de padres a hijos.
“Cuando alguien presenta lupus es porque una parte del ADN, el ácido que contiene la información de cada uno, se activa. Esto puede ser estimulado por las hormonas, virus, cigarrillo, entre otros aspectos”.
La literatura médica apunta a ciertos órganos donde se encuentra con más frecuencia el lupus. La piel, los riñones, el corazón y los vasos sanguíneos, los pulmones y el cerebro. Cerón resalta que es una enfermedad sistémica, osea que puede dar en cualquier parte del cuerpo (ver infográfico).
Tipos
La enfermedad se puede dividir en lupus de la piel o lupus sistémico. El primero es el más común y hay menos del 10% de probabilidades de que se convierta en sistémico.
El de la piel se puede dividir en agudo (que aparece rápidamente y se caracteriza por un eritema o color rojizo en el rostro, tras una larga o corta exposición al sol), crónico (se evidencian cicatrices profundas y de mal aspecto que no son corregibles), profundo (se da una depresión muscular y la piel parece normal) y ampolloso (se da en pacientes que tienen muy avanzada la enfermedad).
“Los pacientes que tengan lupus de piel pueden tener una vida normal. El más común es el crónico. Basta con que tomen los medicamentos y se protejan del sol con protectores”, dice Cerón.
El lupus sistémico tiene otras características, ya que se apodera de algunos órganos. Fiebre y deterioro general son algunos síntomas de alerta, pero no son los únicos. Se pueden dar errores en diagnóstico, según cuenta Cerón, porque se le confunde con otras patologías.
Como su colega Iglesias, Cerón apunta a que el lupus de riñón es el más severo. ¿La razón? El deterioro producido en estos órganos impide que cumpla a cabalidad sus funciones. “No controla la presión, empiezan a retener líquidos, no filtran la sangre. El que aparezca sangre en la orina es un síntoma de alerta”.
El lupus de la sangre o hematológico es regular y sin un buen diagnóstico puede confundírsele con leucemia. De las células sanguíneas, los glóbulos blancos suelen ser los más afectados, los rojos se ven deteriorados en una menor proporción. Se caracterizan por manchas rojas en la piel o pequeños puntos rojos en ella.
El lupus neurológico o neuropsiquiátrico también se da. La afección en el cerebro puede dar desde una simple depresión, convulsiones, cambios de comportamiento y de motricidad, pérdida de fuerza muscular, hasta una locura. En casos extremos, “se puede presentar derrames, producto de un vaso que se tapa”, concluye Cerón.
Síntomas generales
Los pacientes con un lupus pueden presentar:
- Continuos mareos.
- Pérdida exagerada del cabello, de la visión de forma gradual y de peso.
- Dolor intenso en las articulaciones, músculos y pecho.
- Anemia, cuando se tiene lupus de sangre.
- Sensibilidad al sol.
- Fiebre inexplicable.
- Fuertes y persistentes dolores de cabeza.
- Depresión.
- Convulsiones.
- Hinchazón en los ojos y estructuras cercanas.
- Úlceras en la boca.
- Sarpullido generalizado y con frecuencia en la cara.
- Cansancio excesivo.
¿De dónde viene el nombre?
Data de principios del siglo XX y traduce lobo en latín. Se asocia con los síntomas de este padecimiento, ya que uno de los estados más frecuentes -una mancha en forma de mariposa en el rostro- es similar a la que se observa en la cara de estos mamíferos. Otra versión la relaciona con el parecido de las cicatrices que dejaban estas fieras en los pastores que defendían a sus ovejas.
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